Qué bonito es penetrar y ser penetrado

Qué bonito es penetrar y ser penetrado

La noticia de mi retiro de la pornografía no tenía comentarios. Estaba al lado de fotos en baja resolución de mis primeros trabajos, en los que un hombre cuyo nombre no recuerdo me penetraba mientras yo tenía las piernas levantadas y parecía que flotaba. Tenía la mueca de un grito exagerado, como si me estuviera matando. Guardé el celular. El bus llevaba casi una hora sin pasar, así que caminé calle abajo mientras esperaba que me reconociera alguien que no hubiera dormido por masturbarse viéndome penetrando o siendo penetrado, o en medio de un círculo de hombres eyaculándome encima, lo más cercano que estuve de conocer la nieve.