Seis cartas de amor

SEIS CARTAS DE AMOR

Ilustración: @Luigonzalez_

Por: Fabricio Gutiérrez

(Las siguientes son solo las cartas recogidas en el poemario Las cartas de amor que no alcanzaron a escribir mis muertos (2023) publicada por la editorial Fósforo.)

PRIMERA CARTA DE AMOR.

Para mis muertos una carta de amor
que los haga ruborizar.
Que los sonroje como el costado del caballo
         [al ser espoleado.
Una carta de amor como montar ese caballo
         [y dar una vuelta
y tardar en volver.
Una carta de amor que les sople del ojo
esa basurita de oscuridad que les cayó.
Una carta de amor como una servilleta
         [para limpiarse
esas manchitas debajo de los ojos.
Esas manchitas que les quedan ahora
         [después de mirar.
Sus ojos serán más grandes y limpios
de lo que un día en vida fueron.
Y mirarán con más avidez
         [las cosas pequeñas.
Esas cosas pequeñas que ahora extrañan
y que a veces creen que aún están
         [a su alcance.
La carta está en el buzón de mi boca.
Vengan mis muertos por ella.

SEGUNDA CARTA DE AMOR

Una carta de amor que hable de caballos.
De cómo nos gusta verlos relinchar y correr.
         [Es lo más parecido
al cariño que sentimos.
Una carta de amor que lleven los ahogados
a la otra orilla, esa en la que están sentados
quienes un día nos llegaron a querer.
Una carta de amor llena de agua,
la suficiente para llenar dos vasos.
Nos sentaremos a beber tranquilamente.
Una carta de amor como un trompo
en ese truco donde cae en el centro
         [de la palma de la mano,
quien nos mire hacerlo quedará maravillado.
Pero también una carta de amor
donde esté prohibido meter las manos
como al estanque de las pirañas,
hay quienes han perdido más de un dedo.
Una carta de amor que cuando caiga al piso
despierte a los que duermen
         [y por un momento piensen
que alguien ha entrado a la casa,
y es cierto, alguien los mira con tristeza
         [desde atrás de las cortinas.
Una carta de amor como una paleta de nieve
que ha caído al suelo, así de triste.
En fin, una carta de amor
que empiece con la imagen
         [de una caja de fosforos
y lo siguiente se deduzca por el paso
del camión de bomberos
         [rumbo a la casa paterna.
Una carta de amor picoteada por pichones
en el corto camino de mi mano a tu mano.

TERCERA CARTA DE AMOR

¿Se debe seguir escribiendo cartas de amor
         [a nuestros muertos?
¿Hay algún buzón en especial
         [a donde llevarlas?
¿Son esos que a veces encontramos
         [desconcertados a mitad del bosque?
¿Son esos hoyos en tierra que hacen
         [los zorros cerca de casa?
¿Los carteros son acaso los ciervos,
         [la niebla sobre el río?
¿Cómo se empieza la carta?
¿Hablando del frío que hace
         [de la fruta en temporada?
¿Cómo se termina? ¿Mandando abrazos,
         [besos?
¿Nuestros muertos esperan la carta
         [con impaciencia?
¿No estarán ocupados en otras cosas?
¿Cómo sabemos que las leyeron?
¿Acaso por un repentino cambio de
         [temperatura en el agua para beber?
¿Con la aparición de una libélula
         [en la cocina?
¿Un poco de pelusilla azul en la ropa?

CUARTA CARTA DE AMOR

Bajo la almohada guardo un sobre cerrado,
dentro está mamá,
ella que es una carta de amor.
La carta de amor más bonita que he escrito.
Va dirigida a mis hermanos,
hace mucho que no los veo.
Entre otras cosas les digo
         [lo mucho que los extraño.
Que los quiero. Que cuándo vienen a la casa.
Podríamos ir de pesca o salir
solo a caminar a la carretera,
los tordos rojos echarán a volar
         [a nuestro paso.
Estoy esperando que pase papá, el cartero.
Solo espero que no la lea en el camino,
también se hablan cosas bonitas de él en la carta.
La última vez decidió quedarse con ella,
la lee todas las noches antes de acostarse.

QUINTA CARTA DE AMOR

Para mis muertos todas las cartas de amor.
El buzón se distinguirá entre la hierba
y alguien lo confundirá con un nido
         [de tordos caído de su rama
cuando las cartas sean enviadas.

SEXTA CARTA DE AMOR

Detrás de cada buzón están
         [nuestros muertos
esperando que alguna carta de amor
         [les sea enviada.
Pero en realidad ellos no sabrían decir
qué es una carta de amor,
están bastante confusos.
Podrían sostener una manzana en la mano
y decir que es una carta de amor.
Podrían poner heliotropos en agua
y decir que eso es una carta de amor.
Podrían atrapar una libélula en un frasco
         [y decir:
“Mira, una carta de amor”.
Pero aun así la duda los inquietaría
y darían una mordida a la manzana
o cambiarían de lugar los heliotropos
o dejarían escapar la libélula
y en el fondo no sabrían qué es una carta
         [de amor.
Pobres de ellos, que si alguien les lee
         [una carta de amor
solo les saltan fuera de la tierra los oídos
como hongos en temporada de lluvias.

Sobre el autor

Fabricio Gutiérrez (Ciudad de México, 1985). Ha estudiado Filosofía y Letras en la UNAM. Es autor de Escuela de levitación (2020) y Pasear al perro envuelto en llamas (2023). Su libro Rastrillar la zona fue ganador de la cuarta edición del Premio de poesía Centrifugados Pueblo de San Gil. Su poemario Mapa con niebla obtuvo mención honorifica en el Segundo Premio Internacional de Poesía Nueva York Poetry Press (2021). Recientemente obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Minerva Margarita Villareal 2023 con la obra Estrellas mentales.

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